A veces se me olvida cuánto me gusta trabajar con las manos, sólo a veces...





sábado, 17 de enero de 2015

La masai blanca





SINOPSIS:

La masai blanca combina aventura y la búsqueda de la pasión en una historia de dos amantes predestinados pero con un pasado y unos orígenes completamente distintos. 

Mombasa, 1987. Corinne, una empresaria europea, conoce a Lketinga, un guerrero de la tribu de los samburu, en unas vacaciones en Mombasa, en la costa más glamurosa de Kenia. A pesar de las barreras lingüísticas y culturales, se embarcarán en una historia de amor tan fascinante como imposible. Corinne abandona su Suiza natal y se traslada a África, al África de los masai. Sin dejarse intimidar por los animales salvajes, el hambre y la lucha contra las enfermedades tropicales, Corinne trata de forjar una vida con Lketinga, aprendiendo a vivir como una mujer samburu. Pero cuando ya no pueda ignorar la brecha existente entre dos culturas tan opuestas, los sueños poco a poco comenzarán a desmoronarse.

La masai blanca surge de nuestra creencia universal en el poder del amor. Una historia de aventuras apasionante y de pasión sin fin. Un viaje maravilloso y una experiencia excepcional que se lee compulsivamente.



Novela autobiográfica relatada de forma simple y cruda, incluso fría. Al principio me ha sorprendido la forma en que la autora narra los hechos casi de forma telegráfica así que esa es la parte que menos me ha gustado de la lectura, pero que, una vez sumergida por entero en la historia, ha pasado a ser algo totalmente secundario.

Kenia es el país más hermoso de todos los países que Corinne ha visitado jamás, cuenta ella en sus primeras páginas, después iremos descubriendo como esa mujer, independiente y emprendedora, deja atrás toda su acomodada vida en Europa para irse a vivir con el amor de su vida en el interior de la selva.

Irá resolviendo todos los obstáculos que se le vayan presentado: adaptarse a la vida del poblado en Balsaroi renunciando a casi todo puesto que ni agua para beber tienen a veces, hambre, poca higiene o ninguna, enfrentarse a la burocracia, respetar las costumbres de los indígenas a pesar de que Lketinga consienta algunas veces en romper algunas reglas -entre ellas la mutilación femenina-, pero los pequeños sacrificios por parte de él serán cada vez menos hasta convertir su vida en común en un infierno para Corinne.

Ella, con su carácter emprendedor, consigue comprar un todo terreno en no muy buenas condiciones en el que se desplazará  a través de la selva no sin grandes dificultades para conseguir para ella, para Lketinga y su familia lo máximo posible para mejorar las condiciones de vida del poblado, incluso abrirá una tienda para suministrar comida, bebida, y ropa pero a cambio lo único que encuentra, en un país donde la mujer vale menos que nada, es soledad e incomprensión. 

Enfermó de malaria, hepatitis y sarna, lo que mermó muchísimo su salud y ese desgaste físico y psíquico la llevó a tomar una drástica decisión, sobretodo porque ya no importaba sólo ella sino también su pequeña hija. Tiene todos mis respetos.



"Eso es para nosotras, las mujeres -me alecciona-. Lketinga no puede comer de esta carne. Ningún guerrero masai come jamás algo que una mujer haya tocado o mirado."


"Echo en falta a mi masai. Sin él, este mundo no es ni la mitad de interesante y digno de ser vivido. Y, al fin, poco antes de que caiga la oscuridad, se acerca con paso elegante a la cabaña, y se oye el familiar:
- Hello, ¿cómo estar tú?"




♥ ♥ ♥

(3/5)


1 comentario:

  1. Hola Montse, gràcies per les teves paraules al meu blog. Desitjo què tinguis un any ple de coses bones.
    Jo em vaig llegir el llibre ja fa uns anys i em va agradar força.
    Una abraçada

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